domingo, 17 de mayo de 2009

El método Zimbardo anticrueldad.


"El demonio del mal es uno de los instintos primeros del corazón humano"
Edgar Allan Poe.

El decálogo "antimaldad" según Zimbardo:
1. `Me he equivocado´
Tratar de justificar los errores propios es el primer paso hacia las conductas negativas. Frases como «lo siento» permiten, en cambio, seguir adelante, y evitan disonancias cognitivas.

2. `Estoy atento´ No dudemos en dar un toque de atención a nuestra corteza cerebral: los detalles importan. Especialmente, en situaciones nuevas, que nos hacen especialmente vulnerables a influencias externas. Es momento para el pensamiento crítico.

3. `Soy responsable´
Nada de eludir la responsabilidad de nuestros actos entre los miembros de la pandilla, el batallón o la empresa. Pensemos en un ‘juicio’ posterior donde no sirven pretextos como «sólo seguía órdenes» o «todo el mundo lo hacía».

4. `Afirmaré mi identidad´ El anonimato y el secretismo encubren la maldad y debilitan los lazos con los demás. Cuidado con los estereotipos, las bromas y las etiquetas: hacen desaparecer la identidad individual.

5. `Respeto a la autoridad justa´
Atención a los pseudolíderes y falsos profetas. Hay que distinguir entre la autoridad que merece respeto y la que no. Y son los padres, los profesores y las autoridades quienes deben enseñar a diferenciar una de otra.

6. `¿Aceptado o independiente?´ Somos animales sociales: las relaciones nos benefician. Hay entornos, como la empresa o la escuela, donde la presión para actuar en equipo puede llevar a acatar normas que van contra el bien social. Para ser aceptado no hay que sobrepasar ciertos límites.

7. Atento a las formulaciones No nos gusta tener un 40 por ciento de posibilidades de perder, pero sí un 60 de ganar. Ambas cosas significan lo mismo, pero la manera de percibirlo cambia en función de la formulación elegida. Cuidado.

8. `No pensaré sólo en el presente´ No hay que perder de vista los compromisos pasados ni el futuro. Los que ayudaron a sus vecinos judíos durante el régimen nazi lo hicieron pensando en las estructuras morales del pasado y en las consecuencias futuras de sus actos.

9. Seguridad sí, pero ¿a qué precio? Cuidado con la fórmula de Fausto: ante una supuesta amenaza, nos podemos ver tentados a sacrificar parte de nuestra libertad –personal o civil– a cambio de seguridad. Desconfiemos de quien la ofrece.

10. `Puedo oponerme a la injusticia´
Hay distintas maneras de hacerlo: por ejemplo, retirarse físicamente de una situación donde otro controle por completo la información, la recompensa o los castigos. Si es con ayuda, mejor: pidamos a otros que se unan a la causa.


Fuentes:
http://www.xlsemanal.com/web/articulo_complementarios.php?id_edicion=4167&id_articulo=27797&id=15490&p=conocer


Libros:
"El efecto Lucifer: el porqué de la maldad" por Philip Zimbardo.